Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

sábado, 8 de febrero de 2014

AFECTOS DE AMOR AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

¡Mi alma está herida de vuestro amor!
¡Oh María!, Madre mía amabilísima, recibid, os suplico, los desahogos de mi alma herida de vuestro amor, que reconociendo en Vos al ser más amable después de Dios, os dice fervorosa:

Augusta Madre de Dios, os amo con todo mi corazón.

Dulcísima Madre mía, os amo con todo mi corazón.

Reina y Señora mía, os amo con todo mi corazón.

Vida, Dulzura y Esperanza mía, os amo con todo mi corazón.

Corredentora mía, os amo con todo mi corazón.

Protectora y Abogada mía, os amo con todo mi corazón.

Pastora y Maestra mía, os amo con todo mi corazón.

Alegría y gozo de mi alma, os amo con todo mi corazón.

Todo mi Tesoro después de Jesucristo, os amo con todo mi corazón.

Corazón mío y alma mía, os amo con todo mi corazón.

Porque Dios os hizo tan santa, os amo con todo mi corazón.

Porque Dios os hizo tan buena, os amo con todo mi corazón.

Porque Dios os hizo tan bella y agraciada, os amo con todo mi corazón.

Porque Dios os hizo tan amable y compasiva, os amo con todo mi corazón.

Porque Dios os hizo tan clemente y piadosa, os amo con todo mi corazón.

Porque Dios os hizo tan grande y humilde, os amo con todo mi corazón.

Porque Dios os hizo tan sabia y poderosa, os amo con todo mi corazón.

Porque Dios os hizo tan perfecta en todas vuestras virtudes, os amo con todo mi corazón.

Por los infieles que no os conocen, os amo con todo mi corazón.

Por los herejes que han sido siempre vuestros enemigos, os amo con todo mi corazón.

Por los malos cristianos que han perdido vuestra devoción, os amo con todo mi corazón.

Por los infelices réprobos, condenados a no amaros nunca, os amo con todo mi corazón.


Por vuestra eterna predestinación me gozo y os felicito, dulcísima Madre mía.

Por vuestra Inmaculada Concepción y por los privilegios admirables con que en ella fuisteis enriquecida, me gozo y os felicito, dulcísima Madre mía.

Por vuestra absoluta preservación de todo pecado, me gozo y os felicito, dulcísima Madre mía.

Por vuestra íntegra y perpetua virginidad, me gozo y os felicito, dulcísima Madre mía.

Por vuestra divina maternidad, me gozo y os felicito, dulcísima Madre mía.

Por la resurrección de vuestro cuerpo y Asunción en cuerpo y alma al Cielo, me gozo y os felicito, dulcísima Madre mía.

Por la gloria que gozáis, sólo inferior a la de Jesús, me gozo y os felicito, dulcísima Madre mía.

Por el amor que os tienen todos los buenos cristianos en la tierra, y todos los Ángeles y Santos en el Cielo, me gozo y os felicito, dulcísima Madre mía.

Por las alabanzas que en el Cielo y en la tierra resuenan en honor vuestro, me gozo y os felicito, dulcísima Madre mía.

Por los milagros que Dios hace para glorificar vuestras imágenes y confirmar vuestro culto, me gozo y os felicito, dulcísima Madre mía.

Por las excelencias de vuestro Corazón que no alcanzan las inteligencias humanas ni angélicas, me gozo y os felicito, dulcísima Madre mía.

Que me alcancéis amaros mucho, os suplico, dulcísima Madre mía.

Que me alcancéis amaros siempre, os suplico, dulcísima Madre mía.

Que me alcancéis imitaros para ser mejor hijo de vuestro Corazón, os suplico, dulcísima Madre mía.

Que me alcancéis ganar muchos corazones para vuestro amor, os suplico, dulcísima Madre mía.

Que me alcancéis morir con vuestro nombre en los labios y vuestro amor en el corazón, os suplico, dulcísima Madre mía.

Que me alcancéis estar muy cerca de Vos en el Cielo, os suplico, dulcísima Madre mía. 


 Oh Jesús, que hicisteis tan amable a María y que en la persona de San Juan nos la disteis por Madre, conceded a los que nos gloriamos de ser sus hijos, que la amemos tierna y fervorosamente, para llegar así con más eficacia y prontitud a amaros a Vos, que con el Padre y el Espíritu Santo vivís y reináis por los siglos. Amén.

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