Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

domingo, 16 de febrero de 2014

¡OH REINA DE LOS ÁNGELES!


¡Oh Reina de los Ángeles, bendita Señora!

Y como vos de aquí adelante habéis de ser también mi Patrona, Señora y Madre, cierto que ya no tengo de tener temor ni miedo de hablar con vos y pediros acudáis a mis necesidades, pues soy ya siervo y esclavo y de la Santísima  Trinidad, de quien vos sois esposa, madre del Hijo y sagrario divino del Espíritu Santo.

Con tal Señora y Abogada, contentísimo debo estar y muy confiado que las suertes que me faltan, de aquí a que yo goce de este bien en el cielo, me han de salir ciertas y a mi favor.

¡Ojalá jamás fuese yo ya flaco, tibio ni flojo, pues tantas son más las obligaciones que me corren!

¡En ti, Dios mío, espero. En vos Virgen Benditísima, confío!

Santa Juan Bautista de la Concepción



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