Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

jueves, 5 de febrero de 2015

ORACIONES A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA PARA CADA UNO DE LOS DÍAS DE LA SEMANA

JUEVES

¡Oh María!, mirad en cuantos peligros me encuentro, y me he de encontrar, de perder mi alma, el Paraíso y a Dios, mientras viva en esta tierra

¡Oh Reina del Paraíso, que estáis sentada sobre todos los coros de los Ángeles, la más cercana a Dios! Desde este valle de miserias, yo, miserable pecador, os saludo y os ruego que volváis hacia mí vuestros ojos misericordiosos. ¡Oh María!, mirad en cuantos peligros me encuentro, y me he de encontrar, de perder mi alma, el Paraíso y a Dios, mientras viva en esta tierra. En Vos, Señora, he puesto toda mi esperanza. Os amo, y suspiro por ir pronto a veros y a alabaros en el Paraíso. ¡Ah María! ¿Cuál será el día en que me veré ya salvo a vuestros pies? ¿Cuándo besaré aquella mano que tantas veces me ha librado del infierno y tantas mercedes me ha dispensado? Es cierto, Madre mía, que he sido muy ingrato durante mi vida; pero, si voy al Paraíso, os amaré cuanto pueda por toda la eternidad y, en desquite por mi ingratitud, os bendeciré y os daré gracias, para siempre. Doy gracias a Dios, que me da tal confianza en la Sangre de Jesucristo y en vuestra poderosa intercesión. Esto mismo han esperado vuestros verdaderos devotos, y ninguno ha sido defraudado. Tampoco lo seré yo. ¡Oh María! Rogad a vuestro Hijo, como le ruego también yo, por los méritos de su Pasión, que confirme y acreciente cada día más estas mis esperanzas. Así sea.

 Tres Avemarías en reparación de las blasfemias contra la Santísima Virgen María.



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