Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

lunes, 22 de agosto de 2016

CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA. NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 ¡Oh celeste Tesorera del Corazón de Jesús, de ese Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias!

Acordaos, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que vuestro Hijo Divino os ha dado sobre su Corazón adorable. Llenos de confianza en vuestros merecimientos, acudimos a implorar vuestra protección. ¡Oh celeste Tesorera del Corazón de Jesús, de ese Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias, y el que podéis abrir a vuestro gusto para derramar sobre los hombres todos los tesoros de amor y de misericordia, de luz y de salvación que encierra! Concedednos, os lo suplicamos, los favores que solicitamos.

No, no podemos recibir de Vos desaire alguno, y puesto que sois nuestra Madre, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, acoged favorablemente nuestros ruegos y dignaos atenderlos. ¡Así sea!


¡Ntra. Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros!
(Repetir con fervor tres veces)


ACTO DE CONSAGRACIÓN A NTRA. SRA. DEL SAGRADO CORAZÓN  DE JESÚS

¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, Madre de la divina misericordia, puerta del Cielo, dispensadora de los dones de Dios. Vedme aquí postrado a vuestros pies. Puesto que Vos sois la consoladora do los afligidos, la salud de todos, sed también mi consuelo, mi refugio y mi salud.

A Vos se os invoca como la confianza de los justos, la esperanza de los desesperados, la fuerza de los débiles y la paz de los corazones agitados.
A Vos dirijo, ioh tierna Madre mía!, mis suplicantes miradas, y me pongo desde ahora y para siempre jamás bajo vuestra poderosa y maternal protección.

A Vos consagro mi espíritu con todos sus pensamientos, mi corazón con todos sus afectos; en una palabra, mi ser todo entero.

¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, venid en socorro mío.
Alejad de mí al demonio con sus asechanzas; haced que yo ame a Dios sobre todas las cosas, que le sirva fielmente y que tenga la dicha de morir en su santo amor para reinar eternamente con Vos en su gloria. Así sea.


¡Ntra. Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros!
(Repetir con fervor tres veces)


¡Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía!
¡A Jesús por María!

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