Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

jueves, 2 de febrero de 2017

DÍA 2 DE FEBRERO, NUESTRA MADRE DE LA CANDELARIA

Virgen de la Candelaria,
Tú eres la primera portadora de la Luz, que es Cristo;
Tú eres nuestra Madre;
Tú nos reúnes junto a Cristo Salvador;
Tú eres nuestra esperanza, consuelo y gozo

Querida Virgen de la Candelaria, nos reunimos junto a Ti. Traemos nuestra devoción y nuestro cariño. Acéptalo, ¡Madre nuestra! Déjanos contemplar tus virtudes y enséñanos a imitarlas.

Que nos parezcamos a Ti cada día más, para agradar al Señor como Tú lo hiciste y vivamos así, en paz y alegría y lleguemos luego a compartir contigo la dicha eterna de la gloria.

¡Virgen Inmaculada de la Candelaria!, apiádate, Señora, porque de cuantos en Ti confían, Tú eres el puerto de salvación. ¡Oh María, nuestra esperanza!, nuestro amparo y nuestro auxilio.

¡Oh Virgen Santísima de la Candelaria!, más que todas las criaturas bienaventuradas te rogamos que hoy tu Alma esté con nosotros, líbranos, Señora, de todos los peligros, aléjanos de enemigos, enfermedades y todo mal, y danos tu ayuda para salir de esta difícil situación que nos acongoja el ánimo y nos hace sufrir, te suplicamos nos alcances de tu Hijo amado, bendición y remedio.

¡Oh, Virgen de la Candelaria!, te damos gracias. ¡Madre y Señora nuestra!, conscientes de nuestras debilidades acudimos a Ti, somos tus hijos y nos ponemos en tus manos, haz que con tu poderosa intercesión sea concedido lo que solicitamos, y no nos dejes sin tu amparo y maternal cuidado para que nos eduques y logres hacer de nosotros verdaderos hijos de Dios.


Amada Virgen de la Candelaria haz que también nosotros suspiremos por tener a Cristo en nuestro corazón y así Tú puedas entregarlo a Dios. Amén.



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