Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

sábado, 27 de enero de 2018

MEDITACIONES DEL SANTO ROSARIO - MISTERIOS GLORIOSOS (Audios)

Quiero que todos los devotos de mi Rosario tengan en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados

Promesas de la Santísima Virgen,
para quienes recen el Santo Rosario

La Resurrección del Señor, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ

La Ascensión del Señor a los Cielos, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ

La Venida del Espíritu Santo, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ

La Asunción de la Virgen a los Cielos, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ

La Coronación de María Santísima,
      como Reina de cielos y tierra, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ


Letanías Lauretanas, AQUÍ




viernes, 26 de enero de 2018

MEDITACIONES DEL SANTO ROSARIO - MISTERIOS DOLOROSOS (Audios)

Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia

Promesas de la Santísima Virgen,
para quienes recen el Santo Rosario

La agonía de Jesús en Getsemaní, AQUÍ
      Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ

La flagelación del Señor, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ

La coronación de espinas del Señor, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ

El Señor con la Cruz a cuestas, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ

La Crucifixión y muerte del Señor, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ



jueves, 25 de enero de 2018

MEDITACIONES DEL SANTO ROSARIO - MISTERIOS GOZOSOS (Audios)

El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!

Promesas de la Santísima Virgen,
para quienes recen el Santo Rosario

La Encarnación del Hijo de Dios, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ 

La Visitación de la Santísima Virgen a su prima, AQUÍ 
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ

El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ

La presentación de Jesús en el Templo, AQUÍ
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ

La pérdida de Jesús y hallado en el Templo, AQUÍ 
     Meditación para las diez Avemarías, AQUÍ 


sábado, 20 de enero de 2018

ORACIÓN DE CONFIANZA EN MARÍA

Merezco, lo sé, que me deseches, pero te ruego que contemples lo que ha hecho y padecido tu Hijo por mí

¡Reina mía Soberana, digna de mi Dios, María! Al verme tan vil y cargados de pecados, no debiera atreverme a acudir a Ti y llamarte madre.

Merezco, lo sé, que me deseches, pero te ruego que contemples lo que ha hecho y padecido tu Hijo por mí; y después me deseches si puedes.

Soy un pecador que, más que otros, ha despreciado la Divina Majestad; pero el mal está hecho.

A Ti acudo que me puedes auxiliar; ayúdame, Madre mía, y no digas que no puedes ampararme, pues bien sé que eres poderosa y obtienes de tu Dios lo que deseas. Si me dices que no puedes protegerme, dime al menos a quién debo acudir para ser socorrido en mi desgracia y dónde poder refugiarme o en quién pueda más seguro confiar.

Tú, Jesús mío, eres mi padre; y Tú mi madre, María. Amas a los más miserables y los andáis buscando para salvarlos. Yo soy reo del infierno, el más mísero de todos. Pero no tienes necesidad de buscarme; ni siquiera lo pretendo. A vosotros me presento con la esperanza de no verme abandonado.

¡Vedme a vuestros pies, Jesús mío, perdóname! ¡María, Madre mía, socórreme!

"Las Glorias de María"
San Alfonso María de Ligorio


martes, 16 de enero de 2018

LOS FAVORES DE NUESTRA MADRE MARÍA

Ernesto, librado de la muerte por María


Refiere el Belovacense que en la ciudad de Radulfo, en Inglaterra, año 1430, vivía un joven noble llamado Ernesto, quien habiendo distribuido sus bienes entre los pobres entró en un monasterio, donde llevaba una vida tan edificante que los superiores lo apreciaban sobremanera, especialmente por su devoción a la Santísima Virgen. En la población se declaró la peste, y la gente acudió al monasterio pidiendo oraciones. El abad mandó a Ernesto que fuera a rogar a la Virgen ante su Altar y no se levantase de allí hasta que hubiera obtenido una respuesta de la Señora. Allí estuvo el joven tres días hasta que obtuvo la respuesta de María que mandaba hicieran rogativas, celebradas las cuales cesó la peste.

Pero más tarde este joven se enfrió en la devoción a María. El demonio lo atacó con muchas tentaciones impuras y para que se fugara del monasterio. Por no haberse encomendado a María, decidió fugarse saltando los muros del monasterio. Cuando iba a realizar su intento, al pasar junto a una imagen de María que estaba en el claustro, la Madre de Dios le habló, diciéndole: “Hijo mío, ¿por qué me dejas?” Ernesto, confuso y compungido, cayó en tierra y respondió: “Señora, pero, ¿no ves que no puedo resistir más? ¿Por qué no me ayudas?”. La Virgen le respondió: ¿Y tú por qué no me has invocado? Si te hubieras encomendado a mí, no te verías en este estado. De hoy en adelante encomiéndate a mí y no dudes”.

Ernesto volvió a su celda. Pero insistiendo las tentaciones y descuidando el acudir a María, al fin se fugó del monasterio, entregándose a una vida pésima. De pecado en pecado se convirtió en asesino. Tomó en arriendo una posada donde, por la noche, mataba a los pobres viandantes y los despojaba. Una noche mató a un primo del gobernador, el cual, sospechando del ventero, lo procesó y lo condenó a morir en la horca. Antes de que fuera detenido llegó a la hostería un joven caballero. El malvado ventero, según su costumbre, entró a media noche en su habitación para asesinarlo; pero he aquí que en la cama no vio al caballero, sino un crucificado lleno de llagas que, mirándolo piadosamente, le dijo: “¿No te basta, ingrato, con que yo haya muerto una vez por ti? ¿Quieres volver a matarme? ¡Puedes hacerlo!”. El infeliz Ernesto, se postró llorando y dijo: “Señor, aquí me tienes; ya que has tenido conmigo tan gran misericordia, quiero convertirme”. En el mismo instante abandonó la posada y emprendió el camino del claustro para hacer penitencia. Pero por el camino lo prendió la justicia; lo llevaron ante el juez, donde confesó todos sus crímenes. Inmediatamente fue condenado a la horca, sin darle tiempo ni a confesarse. Él se encomendó a María, y la Virgen hizo que cuando lo colgaron no muriese. Ella misma lo bajó de la horca y le dijo: “Torna al monasterio, haz penitencia; y cuando veas en mi mano un documento de perdón de tus pecados, prepárate a la muerte”. Ernesto volvió al convento y, habiendo contado todo al abad, hizo penitencia. Pasados los años, vio en manos de María la cédula del perdón. Se preparó a la muerte y santamente entregó su alma.

"Las Glorias de María"
San Alfonso María de Ligorio


sábado, 13 de enero de 2018

NUESTRA MADRE MARÍA Y LOS SANTOS

Me acojo, ¡oh María!, bajo tu amparo; sé la guía y el modelo de mi vida interior

¡Oh, qué feliz esperanza!; ¡oh, qué refugio! Tú Madre de Dios, eres mi Madre. ¿Cómo no esperaré cuando mi salvación y mi santidad están en las manos de Jesús, mi hermano, y en las de María, mi Madre?

San Anselmo

¡Oh María! ¡María, portadora del fuego! ¡María, portadora de la Misericordia! ¡María, reconquistadora del género humano, porque con tu carne en que se encarnó el Verbo fue rescatado el mundo! Cristo lo reconquistó con su Pasión, y Tú, con tu dolor de cuerpo y de alma.

Santa Catalina de Sena

¡Oh María! Tú eres aquel jardín cercado, en el que se encerró el Dador de todo ser; en Ti se en cerró el mismo Dios, todo el cielo y todas las criaturas. Con la sangre tomada de Ti fue salvado todo el mundo. Y si no existieses Tú, ¡oh María!, no existiría para mí el paraíso; si no existieses Tú, para mí no existiría Dios.

Santa María Magdalena de Pazzis



viernes, 12 de enero de 2018

ORACIONES DE LOS SANTOS A NUESTRA MADRE MARÍA

¡Madre y Esperanza mía, no me abandones!

¡Oh Santísima Virgen! Socorrednos con vuestras súplicas a Dios, porque vuestras súplicas son para nosotros más preciosas y más eficaces que todos los tesoros del mundo; por ellas el Señor nos es propicio; por ellas alcanzamos la abundancia de gracias que nos hacen dignos de obtener el perdón de nuestros pecados, y de practicar todo género de virtudes; ellas contienen el furor de nuestros enemigos, desbaratan sus designios, y nos hacen triunfar. Por eso reclamamos vuestra asistencia con la mayor confianza. ¡Ah Señora dignaos concedérnosla! Así sea.

San Andrés de Candía



sábado, 6 de enero de 2018

PRIMEROS ADORADORES (Los Magos)

Recuerda el momento de ocultarse la estrella ¿No sería mejor volverse para atrás? Piensa qué hubiera sido de los Magos, si así lo hubieran hecho. ¡Qué lástima! Estar a las puertas de conseguir su destino y al fin de su viaje, volverse perdiéndolo todo. ¡Qué imagen más perfecta de tu inconstancia!

Una revelación especial les lleva a Belén, una estrella aparece en el Cielo y una inspiración suena en su corazón y dóciles a este llamamiento, se ponen en camino. Mira qué docilidad y qué prontitud en su obediencia. En seguida lo dejan todo, patria, casa, familia, comodidades, por emprender un camino largo y sumamente penoso. Humanamente esto es una locura. Convéncete de una vez que para el mundo y para la prudencia de la carne, parecen locuras las cosas de Dios y, no obstante, tú debes amar y buscar esas divinas locuras. Recuerda el momento de ocultarse la estrella. ¡Qué dudas! ¡Qué vacilaciones! ¿Se habrían equivocado? ¿No sería mejor volverse para atrás? Piensa qué hubiera sido de los Magos, si así lo hubieran hecho. ¡Qué lástima! Estar a las puertas de conseguir su destino y al fin de su viaje, volverse perdiéndolo todo. ¡Qué imagen más perfecta de tu inconstancia! No olvides que solo el que persevera, triunfa y que la constancia es distintivo del amor.

Mírales ya en Belén. El triunfo es completo, la estrella vuelve y les guía hasta la misma cueva donde está el Niño, Otra dificultad. Ellos, Reyes que buscan un Rey, ¿van ahora a entrar en una cueva de animales? He aquí el mérito de la fe: no se guía por apariencias y cree lo que no ve. A través de aquella pobreza, los Magos descubren la Divinidad y la adoran.

Contémplales en el momento de ofrecerle sus dones y medita en su significado. Aquí todo habla de sacrificio todo nos anima a Él. Sacrificio por amor, que representa el oro. Sacrificio por la oración, que simboliza el incienso. Sacrificio por la mortificación y penitencia exterior, que significa la mirra. Solo por el sacrificio se encuentra a Jesús. Solo el sacrificio es el don que agrada a Jesús.

Dice el Evangelio: “Y encontraron al Niño con su Madre, María”. No despreciemos este detalle. Otra vez tenemos que el Evangelio nos lo recuerda: “El Niño está con su Madre”. María aquí aparece instruyendo a los gentiles por primera vez. Por Ella entran los Magos y con Ella el mundo pagano, en el Cristianismo. A Ella debemos nuestra fe. Aprendamos a adorar y a amar a Jesús, siempre en los brazos de su Madre y por medio de Ella, ofrezcámosle hoy al Niño querido, nuestros dones y nuestro corazón.

Pensemos que también para nosotros hay una estrella, una vocación que hemos de seguir a pesar de todas las dificultades, aunque llegue a ocultarse y no veamos el término a donde vamos a parar. Seamos fieles en seguir esa vocación y constantes a toda prueba. No desechemos ninguna inspiración del cielo, que tantos bienes nos puede traer.

En fin, veamos que para nosotros hay también otra estrella que siempre luce y brilla, que nunca se oculta y que si queremos, siempre la podemos seguir. Esta estrella es María, nuestra Madre querida. Ella nos guiará y nos alentará en los momentos difíciles. No tienes más que levantar los ojos y mirarla y siempre la verás alumbrando los pasos de tu vida y guiando los movimientos de tu corazón: “Mira la estrella siempre, invoca a María”, dice San Bernardo. 



HOY ES PRIMER SÁBADO DE MES


Para más información, pinchar AQUÍ

Para ampliar y ver mejor, pinchar en la imagen


viernes, 5 de enero de 2018

PRIMEROS ADORADORES (Los Pastores)

¡Qué premio el de la sencillez y el de la obediencia! ¡Poseer a Jesús!

Son los elegidos por Dios como los representantes de la humanidad, para hacerles la primera manifestación de Jesús. La razón de ser ellos los elegidos, fue su sencillez. Jesús Niño se comunica a los corazones sencillos como de niños. La sencillez encuentra a Dios por los caminos más simples y más directos. La sencillez es fe que todo lo cree, como los pastores, es obediencia ciega, como la de aquellos.

Los pastores, ni siquiera se enorgullecieron por ello, oyen la voz del ángel y aceptan con sencillez la invitación; es todo lo contrario del amor propio, que todo lo quiere pesar y calcular a su modo. Pon la dosis de amor propio de tu corazón en los pastores y no hubieran ido a Belén, a lo mejor hacían el ridículo, a lo mejor era mentira, etc. Así habla el amor propio. ¡Qué distinto de la fe, de la obediencia y de la humildad propias de la sencillez! ¿Cómo está esta virtud en tu corazón?

¡Qué alegría recibiría la Santísima Virgen cuando les vio y escuchó lo que le contaron! En premio de su fe y sencillez, María tome a Jesús, se lo enseña y se lo da, para que se recreen con el Niño. ¡Qué premio el de la sencillez y el de la obediencia! ¡Poseer a Jesús! Pero advierte que quien da a Jesús es María.

Es la primera manifestación de Jesús y quiere que sea por medio de su Madre. Es la primera entrega que hace de sí mismo a los hombres y se entrega por medio de María. Eva comió el fruto prohibido, se lo enseñó a Adán, se lo dio y nos perdió. María enseña el fruto de su seno purísimo a los pastores y en ellos a todos los hombres, se lo da y nos salva.

Jesús es el Salvador, pero por medio de María, ni se recibe sino de María ni hay otro camino para llegar a Él sino María. Nunca se halla a Jesús sin María, como dice San Buenaventura. Y por tanto, no es posible aislar a Jesús de María. Hallaremos a Jesús en brazos de María, como los pastores y al postrarnos como ellos a los pies de Jesús, también nos postraremos, a la vez a los pies de María.